El artículo, de carácter aporético, asume como objetivo caracterizar sutilmente los desafíos de la educación artística, a partir de una crítica a la modernidad, hipermodernidad, así como a las manifestaciones de la sociedad estetizada. Se confita la mirada de progreso desde una óptica emancipadora, con la premisa fundamental de lograr la elaboración del ¿por qué arte?, en los artistas.